2018 ha sido un año lleno de retos para los derechos humanos en todo el mundo. Muchas de las personas que defienden los derechos humanos han sufrido amenazas, ataques y difamaciones, a pesar de la celebración del 20 aniversario de la Declaración de la ONU sobre Personas Defensoras. PBI sigue comprometida con la protección de los espacios de actuación de las personas defensoras, convencidas de que solo cuando la protección está garantizada, las sociedades democráticas y pacíficas pueden avanzar en todo el mundo.
Asimismo, el 2018 ha sido un año de muchos cambios en México, siendo el primero de ellos la elección de Andrés Manuel López Obrador, quien se ha convertido en el primer Presidente perteneciente a un partido político “no tradicional”, elegido con una mayoría impresionante y rompiendo la cadena de los gobiernos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y del Partido de Acción Nacional (PAN). LasPersonas defensoras mexicanas siguen en la incertidumbre de lo que significa este cambio en términos de su situación de riesgo, sin embargo muchas son optimistas porque existe la impresión de queeste gobierno está más abierto que otros para implementar cambios institucionales y estructurales para combatir la violencia en el país y la crisis de derechos humanos que se ha ido profundizando durante los años recientes.
Durante este año, México recibió visitas de diferentes mecanismos internacionales de evaluación, incluyendo varios Relatores Especiales de la ONU y el Examen Periódico Universal que se lleva a cabo cada 4 años. Todas las evaluaciones de dichos mecanismos han confirmado las problemáticas estructurales que existen en el país que siguen facilitando la violación de derechos humanos subrayando la corrupción, la impunidad, la discriminación institucionalizada y la falta de voluntad política para abordar los temas importantes. PBI se suma alllamado de organizaciones nacionales e internacionales que exigen al gobierno tomar nota de las conclusiones de estas evaluaciones, e implementar las 2.602 recomendaciones que existen para el estado mexicano.
En este contexto, PBI ha notado que a pesar del cambio del gobierno que inició a partir del 1º de diciembre, el panorama para las personas defensoras sigue siendo poco alentador, sobre todo para las personas que defienden la tierra y el territorio en contra de proyectos económicos. Este escepticismocontinúa latente debido alas medidas represivas que se han usado históricamente en contra de estas personas y la violencia que se sigue experimentando en muchas partes de la República. Mientras los recursos naturales se vuelven cada vez más escasos, las tensiones territoriales aumentan. En 2018 esta tensión explotó en varias partes del país y se manifestó en varios ataques contra personas resistiendo en sus territorios y defendiendo sus tierras. En 2017, Global Witness identificó a México como el tercer país más peligroso del mundo para defender la tierra, el territorio y el medio-ambiente.
A pesar de que 4 años han pasado desde la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, las y los familiares de los jóvenes desaparecidos no han recibido más información sobre lo que pasó el 26 de septiembre de 2014. El gobierno mexicano ha persistido con su versión de la “verdad histórica” que ha sido rechazada por diferentes instancias nacionales e internacionales. El gobierno de López Obrador ha prometido re-abrir la investigación del caso, y las personas que defienden a las víctimas de desaparición forzada en todo el país, esperan que esta promesa representará una esperanza en el panorama tan oscuro de los últimos años, rompiendo la cadena de impunidad para los casos de desaparición forzada.
A pesar de los retos que persisten, 2018 ha sido un año de lucha, de resistencia y de valentía extraordinaria por parte de las personas que diariamente ponen a sus vidas en riesgo para defender los derechos humanos. Queremos tomar esta oportunidad para hacer un reconocimientoal papel fundamental de las mujeres defensoras en 2018, quienes han empujado debates en temas claves y han rechazado la prevalencia de la violencia sistemática patriarcal. Sus voces dignas son como un faro de luz en medio de la oscuridad para quienes creemos que el cambio es posible y nos inspiran como organización para seguir adelante, apoyando a las personas defensoras de derechos humanos en su imprescindible labor.