Entender la alegría como forma de resistencia y rebeldía no siempre es un proceso fácil, sobre todo cuando sobran motivos por los que no sonreír.
Damian Gallardo estuvo encarcelado durante más de 5 años, sin embargo esto no fue suficiente para entristecer y adormecer su lucha.
Cuando una persona es privada de su libertad, el padecimiento se esparce también a la familia, amigxs y compañerxs. Sin embargo, el padecimiento se transformó en un deseo de justicia por la que lucharon en diferentes instancias y de diferentes maneras, para acompañar a una persona que iba camino de convertirse en un emblema de lucha y resistencia.
Así sucedió cuando el epílogo del 2018 nos reservaba una de las grandes noticias del año: habían liberado a los presos políticos recluidos en un penal de máxima seguridad durante más de 5 años entre los cuales se encontraba Damian Gallardo. La noticia y posterior comparecencia de prensa abrazó de alegría a familia y amigxs cercanos, pero también a organizaciones de la sociedad civil y movimiento social que han seguido muy de cerca y clamado muy fuerte la justicia a la que estábamos asistiendo en este caso.
Cuando las cosas se hacen desde el corazón, se nota.
Eso fue lo que sentimos en la fiesta por la liberación de Damián.
Familia, amigas, compañeras y nosotras. Todas en un mismo espacio, con las puertas abiertas al compartir. Lágrimas, sonrisas, música, bailes y agradecimientos. Comida, cerveza y mezcal.
Todo lo elemental de la vida, puesto arriba de la mesa para compartir.
Cuando toca estar en el terreno como volunatix de PBI, acompañamos procesos muy diversos pero casi siempre cargados de mucho dolor y sufrimiento. Muertes, asesinatos, funerales, desapariciones, amenazas y hostigamiento, exilio. Rara vez toca la fiesta, pero no porque no existan intenciones de festejo, de hecho las hay y muchas, sino porque son pocas las veces en que la justicia viene para quedarse…
Aprendimos una lección que nos fue dada por amigxs, compañerxs, familiares y por el propio Damian Gallardo: es necesario defender la alegría como un derecho!
“Defender la alegría de las ausencias transitorias y las definitivas”, Mario Benedetti.