Enclavado entre la Sierra Madre del Sur y la Costa Grande del estado de Guerrero, el município de Atoyac de Álvarez tiene todavía sus venas abiertas y recuerda su pasado, consecuencia de la Guerra Sucia en los años 70.

Entre el 25 y 27 de marzo de este año, a petición de Tita Radilla, PBI acompañó a AFADEM (Asociación de Familiares de Detenidos, Desaparecidos y Víctimas de Violaciones a los Derechos Humanos en México) en el desarrollo de excavaciones en el marco de la sexta diligencia de excavaciones para la búsqueda de desaparecidos.

Las excavaciones, llevadas a cabo durante el 25 de marzo al 13 de abril, fueron realizadas en la Ciudad de Los Servicios, que en los años 70 y 80 era la sede del cuartel militar de la 27º Batallón de Infantería, en Atoyac de Álvarez.

El ex-cuartel fue el último lugar donde fue visto Rosendo Radilla Pacheco con vida, en agosto de 1974. Rosendo era luchador social y padre de Tita Radilla y, así como más de 470 personas, fue desparecido por efectivos militares en los años 70.

En 2009, La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH) dictó una sentencia en contra del Estado de México en el “caso Radilla”. Diez años después, continua la implementación de las reparaciones dictaminadas por la CoIDH, como “la búsqueda efectiva y la localización inmediata del señor Rosendo Radilla Pacheco o, en su caso, de sus restos mortales.”

La sexta diligencia fue en el marco de la implementación de esta sentencia y fue dirigida por peritos de la Fiscalía General de la República (FGR), de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) y Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), además de contar con el apoyo del Equipo Mexicano de Antropología Forense.

La sexta diligencia representa un avance relevante en la búsqueda de verdad y justicia de las víctimas y familiares de desaparecidos, sin embargo, cabe resaltar la lentitud y descuido en este tipo de procesos que a menudo afecta a la integridad psicológica de las familias y víctimas.

Según hemos podido constatar durante estos días de acompañamiento a Tita Radilla y AFADEM la diligencia presentó problemas, a empezar por la propia demora de las excavaciones por parte de la FGR, que ya contaba con tres años de retraso. Se observaron también problemas logísticos y administrativos, con un número limitado de personal y recursos económicos.

Las familias de las personas desaparecidas asistieron al desarrollo de la excavación y muchas apoyaron en el trabajo físico. Organizaciones de la sociedad civil apoyaron haciendo trabajo en las escuelas y iglesias para informar a la población de lo que se sucedió en el municipio durante la Guerra Sucia.

La diligencia señaló indicios, sin embargo, el Estado Mexicano sigue sin dar respuestas a Tita Radilla y a las víctimas y familiares de desaparecidos de la Guerra Sucia.

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