“Frente a la desmemoria, que contribuye a la opresión y marginación, se reivindica el arma de la memoria. La memoria es fundamental en la vida de los pueblos, ya que evita que caigamos en el olvido de nosotros. A través de la memoria se le da sentido y, por lo tanto, estabilidad a la existencia humana. En la memoria la tierra es mucho más que un espacio productivo, ya que está llena de símbolos y referencias entrañables, por eso los viejos de Temoac exclaman con vehemencia ‘esta tierra costó sangre’ en referencia a la gesta zapatista ‘y por eso no se vende’. De esta forma la memoria se relaciona con una noción fundamental de los hombres y mujeres: la dignidad”. 

- Guillermo Franco Solís, “¡Qué estén quietecitos!” Movimientos sociales en el oriente de Morelos (Libro sobre Vinh Flores Laureano, luchador social venerado de Temoac, Morelos y tío del defensor de la tierra y territorio asesinado, Samir Flores Soberanes.)

Las luchas por la tierra y el territorio en la cuna de Emiliano Zapata – campos verdes y húmedos de cultivos de arroz, milpa y caña en los estados de Morelos y Puebla – son herencia de las luchas campesinas transcurridas en esas regiones. La oposición a proyectos extractivistas, como el Proyecto Integral Morelos (PIM), ha unificado en resistencia a diversos pueblos y ejidos en Morelos y Puebla que se ven amenazados por la privatización de bienes naturales y el despojo de sus tierras por estos megaproyectos. Muchas comunidades y personas defensoras de sus territorios comparten la resistencia de sus antepasados, son las nietas y nietos de quienes, en la época de la Revolución, lucharon por las mismas tierras y derechos. Ahora bien, la imposición de megaproyectos, específicamente el PIM, además de la destitución forzosa de tierras y bienes,  trae consigo contaminación, afectaciones directas a la salud de las comunidades y el peligro inminente al desarrollarse en una zona de alto riesgo por su proximidad al volcán Popocatépetl.

En este contexto, algunos se preguntarán ¿Qué es el PIM? El Proyecto Integral Morelos (PIM) es un megaproyecto para la generación de electricidad constituido por: un gasoducto de 160 km y 30 pulgadas de diámetro que recorre de forma subterránea los estados de Morelos, Puebla y Tlaxcala, dos centrales termoeléctricas de ciclo combinado para generar electricidad utilizando gas natural y agua, y dos acueductos de 12 km: uno para transportar el agua del río Cuautla a las dos termoeléctricas y la otra para regresar el líquido al mismo río por medio de la Planta Tratadora de Aguas Residuales (PTAR) de Cuautla, Morelos. Todo esto acompañado de  una línea de torres de alta tensión.

Para entender mejor cómo impacta el PIM a las comunidades, hicimos un recorrido por varios municipios en los estados de Morelos y Puebla, donde viven comunidades que están directamente afectadas por el proyecto:

La primera parada en nuestro recorrido para conocer las afectaciones del PIM  fue en el  municipio de Ayala, Morelos, donde visitamos una sección del río Cuautla que permite presenciar dos descargas al río: una de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) que salta a la vista por el líquido oscuro que se vierte al río, y la otra, de descarga espumosa del acueducto que devuelve el agua usada de la termoeléctrica. Allí conocimos a Don Herminio Chávez, ejidatario de Moyotepec, y Doña Antonia Nava, integrante  del comité ejidal e integrante del Comité de la Defensa del Agua en Ayala, quienes representan la oposición a la dotación del agua del río Cuautla para el funcionamiento del PIM.

Organizaciones sociales como el Comité, defienden que el agua no se vende, y por el contrario sirve de abastecimiento para los ejidos y campesinos de la zona, ya que su concesión les fue otorgada por decreto presidencial, la culminación de un proceso de distribución de tierras empezado por Emiliano Zapata en 1914. Don Herminio y Doña Antonia nos hablan de las diferentes acciones de intimidación en su contra, como intentos de extorsión, amenazas y el asesinato del ejidatario Francisco Vázquez, opositor al PIM. A pesar de ello, no dudan en defender los derechos y dignidad de su pueblo.

De Ayala continuamos el camino hacia el oriente, a Huexca, Yecapixtla, Morelos. Al llegar a la comunidad de Huexca, se notó de inmediato las destruidas vías de tránsito del pueblo, como consecuencia de la construcción de la termoeléctrica construida por la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Allí nos recibió Teresa Castellanos, integrante del Frente de Pueblos por la Defensa de la Tierra y el Agua (FPDTA), defensora de derechos humanos y representante del Comité Huexca en Resistencia. Con una mirada serena y voz templada, Teresa nos compartió la historia de su pueblo y enfatizó en que, además de los daños a la infraestructura del pueblo, la proximidad de la termoeléctrica – ubicada a tan solo 200 metros de la guardería infantil de Huexca – genera afectaciones tanto a la salud de la comunidad, como a la biodiversidad local. Durante el funcionamiento de la termo, ésta emite un ruido de más de 110 decibeles que ha provocado detrimento del  sistema nervioso, vómitos y dolor de cabeza en las personas de la comunidad. Como la termoeléctrica usa el gas y el agua para generar energía, al operar, exhala un vapor de gas cloro que causa la lluvia ácida, ocasionando la oxidación de cultivos, y así afectando la agricultura y el pH de la tierra. El agua contaminada que vierte el tiradero de la termo también ha producido la muerte de la flora y fauna del río de la comunidad.

En nuestra tercera parada, diversos murales artísticos representando la resistencia al PIM nos dieron la bienvenida a Amilcingo, Morelos.

Uno de los impactos más trágicos del PIM es la persecución y amenaza que sufren las y los defensores de derechos humanos, de la tierra y el territorio. Entre los numerosos casos de violaciones y agresiones, el más devastador ha sido el asesinato del integrante del FPDTA, defensor de derechos humanos y líder social, Samir Flores Soberanes. Samir, originario de la comunidad de Amilcingo, Morelos, se dedicó a informar a su comunidad sobre los riesgos del megaproyecto, primero a través de bocinas instaladas en su carro, yendo de pueblo en pueblo para difundir información, luego fundando la radio comunitaria, Radio Amiltzinko, para transmitir información y generar apoyo para la organización en  oposición al PIM. En su vida y muerte, Samir representa esta lucha para la defensa de la tierra en Amilcingo y otros pueblos indígenas en resistencia a la explotación del PIM. El asesinato de Samir sigue en impunidad desde febrero de 2019.

Huilotepec, Atlixco, Puebla: Al continuar nuestro camino hacia Puebla, nos reunimos con Don Ángel Quintero, Comisariado Ejidal de San Isidro de Huilotepec y Juan Carlos Flores, abogado e integrante del FPDTA, quienes nos dieron a conocer la lucha social y legal contra el megaproyecto. “La lucha contra el gasoducto ha unido los pueblos”, explica Don Ángel, haciendo referencia a las cuatro comunidades del municipio de Atlixco, Puebla que conjunto han interpuesto un amparo argumentando las violaciones del PIM en los derechos colectivos de las comunidades.  La falta de consulta libre, previa e informada, la vulneración de sus derechos a la autodeterminación como pueblos indígenas, y el hacer caso omiso a los impactos medioambientales señalados por el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) y el departamento de geofísica de la UNAM ejemplifican las graves fallas cometidas en contra de la población de Atlixco.

En la última parada del recorrido, visitamos el corredor industrial del municipio en Santa María Zacatepec, Juan C. Bonilla, Puebla, constituido por varias empresas textiles, automotrices, ubicados a 50 metros del gasoducto del PIM, en una zona sísmica por el volcán Popocatépetl, un área donde el agua subterránea se encuentra muy cerca - solo a unos 6 metros - del superficie. Allí tuvimos una plática con Alejandro Torres y Marcelina Barranco, integrantes del FPDTA, Pueblos Unidos, y del grupo Guardianes del río Metlapanapa según quienes “es una amenaza latente tener el gasoducto con el agua debajo” y temen que el piso puede colapsar en cualquier momento, como sucedió con el famoso socavón de Santa María Zacatepec.

 

La problemática del acaparamiento y contaminación del agua también afecta su comunidad. Al vertir los líquidos tóxicos de las parques industriales al río Metlapanapa, se contaminan los pozos artesanales que suministran el agua a la comunidad y a los terrenos de sus cultivos. Activistas de Santa María Zacatepec, al oponerse a la explotación del la tierra y el agua de la comunidad, han sufrido represión en forma de amenazas, agresión física, tortura, detenciones arbitrarias, encarcelamiento, y criminalización.

La reivindicación social de los pueblos para defender la tierra y la vida ante los “proyectos de muerte”, como las comunidades en resistencia llaman al PIM y otros proyectos de industrialización, es de carácter histórico.

“La tierra no se vende, la tierra, como dijera el buen Zapata, es de quien la trabaja, mas no de los extranjeros, no de los inversionistas, no de los gobernantes que hoy se creen dueños de la tierra, del agua y de nuestras vidas.” - Samir Flores Soberanes, en Samir sin reversa de Gloria Muñoz Ramírez.

Créditos de fotos: M. A. Fernández y J. Marcos

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